Julia
Margaret Cameron (11 de junio de 1815 - 26
de enero de 1879) fue una fotógrafa inglesa que se dedicó al retrato fotográfico artístico.
En 1863 su hija le regala una cámara
de fotos y es ahí donde Cameron, con 48 años de edad, comienza su carrera
fotográfica.
Años después se compra otra cámara de Placas de 12×15 cm, con lente focal de 30 s, y comienza a trabajar con aperturas abiertas y exposiciones de 3 a 7 minutos.
En su casa de campo transformó el
depósito de carbón en cuarto
oscuro y el gallinero en estudio.
Repetía las copias una y otra vez,
hasta que se sentía satisfecha del resultado.
Con el tiempo y la ayuda de amigos fotógrafos
fue mejorando su técnica. En sus
retratos consigue captar la fuerza expresiva de sus modelos, con tanta maestría
como podría hacerlo un pintor. Realizaba exposiciones de 7 segundos en placas de
30x40 cm.
Su meta era reproducir la grandeza
del hombre interior al mismo tiempo que los rasgos del hombre exterior,
en cambio, sus retratos femeninos son diferentes, estos resaltan el ideal de
belleza del Renacimiento.
"Mis aspiraciones son ennoblecer
la fotografía y alzarla a la categoría de arte, combinando la realidad con la
poesía y la belleza ideal"
Despreciaba la técnica y por ello
utilizaba objetivos inadecuados para las placas utilizadas. Le era indiferente
que las placas resultaran manchadas o arañadas. La falta de nitidez se convierte en su
sello artístico, al igual que el efecto flou, un cierto
desenfoque con intención que le da un carácter poético a sus fotografías.
Muchas de sus fotografías están faltas de luz,
ya que sólo aplicaba una pobre iluminación cenital.
Con todo esto buscaba crear efectos
que alejaran a sus fotos de la realidad.
Entre sus maestros y amigos se
encuentra el poeta Thomas Carlyle,
al cual retrato de una manera sublime. Este es el retrato que elegí para realizar
la copia, ya que me encanta como define los
rasgos de la cara y la mirada solo con una luz cenital, creando una expresividad
intensa en el rostro de Carlyle.
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